jueves, 16 de abril de 2009

las carreras callejeras










Sigue el peligro de las carreras clandestinas de autosSiete personas han muerto en los últimos tres años en carreras de autos clandestinas. De noche, cuando la ciudad duerme, estos conductores usan las calles como pistas de carrera, poniendo en riesgo sus vidas y las de los espectadores.
En la jerga automovilística se denominan “piques”, pero no son otra cosa que carreras clandestinas. Se realizan en todo el país, e Iquique no es la excepción.
Cada jueves, viernes y sábado los arriesgados automovilistas ocupan la extensa recta del sector llamado bajo molle para competir.
“Andan a más de cien kilómetros por hora, sin patente y con escape libre. ¿Entonces quien nos cuida?”, se cuestiona Marcela Piddo, una de las vecinas afectadas.
Se reúne alrededor de una veintena de improvisados pilotos. No sólo corren. Además beben en la vía pública, poniendo en riesgo sus vidas y también las de los espectadores y transeúntes, muchos de los cuales vienen saliendo de alguna de las discoteques del sector.
Carabineros hace esfuerzos por controlar la actividad. Pero sólo lo consiguen transitoriamente, mientras las patrullas vigilan. Los automovilistas recuperan las pistas apenas la policía abandona el lugar.
El comandante Adolfo Velásquez, subprefecto de Iquique, explica que “tampoco podemos disponer medios humanos y logísticos toda una noche para poder ver esa situación”.
En los últimos tres años, siete personas han muerto en distintos puntos del país debido a las arriesgadas maniobras que, por lo demás, no están acompañadas con las medidas de seguridad necesarias para carreras de este tipo.
“(Hay) riesgo en cuanto al diseño de la vía, a la adherencia, en cuanto al radio de giro, a la curvatura. Todo eso son condiciones de inseguridad que se van sumando”, afirma el comandante Rolando Sáez, de la prefectura del Tránsito de Carabineros.
La peor tragedia ocurrió hace tres años, precisamente en Iquique, donde cuatro jóvenes murieron cuando corrían en los alrededores de la Zona Franca (Zofri). Pero de poco han servido esos hechos. Los pilotos no escarmientan y las autoridades aun trabajan en endurecer las sanciones.
“Lo que se esta estudiando es aplicar unas sanciones más fuertes y que esto implique también retirar de circulación el vehículo”, señala Sáez.
En la vereda opuesta, un grupo de corredores se reunió el año 2000 con la idea de profesionalizar la actividad. Hoy corren en Las Vizcachas, con normas de seguridad adecuadas, con el apoyo de la empresa privada y con el orgullo de fomentar una actividad en crecimiento.
José Zúñiga, del club Cuarto de Milla, explica que “decidieron dar un giro por un tema de seguridad. La mayoría de los clubes que había veníamos todos de la calle, y fue para terminar con los accidentes”.
El ejemplo se repite también en otras ciudades del país, como Quilpué. Sin embargo, aún son más los corren en la calle, en un cuento que parece de nunca acabar.
Entonces llegamos a la conclusión que esto no se sabe cuando esto termine, ni cuantas vidas humanas mas va costar este tipo de carreras, pero bueno no se puede hacer nada, hasta que estos jóvenes se den cuenta que la adrenalina solo durara minutos, pero el dolor y el sufrimiento causados a sus seres queridos durara una eternidad



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